2005 Premio "Alfredo Rojas, historia e investigación"
Sedes Corsarias: del local de la calle empedrada a la casa de la calle la Tercia.
La historia de nuestro local social es sin duda parte esencial de la historia de la comparsa de marinos corsarios. De hecho, según manifestaciones vertidas por alguno de sus socios, la comparsa existe gracias a su actual sede social, pues en los momentos de mayor crisis "la casa" ha sido el vínculo que ha impedido que la comparsa se desintegrase.
Puestos a indagar en la historia y evolución de las que han sido sedes corsarias, se acude inicialmente a los datos obrantes en los libros de actas, de caja etc. que se conservan en la secretaría. Y aunque los datos que pueden obtenerse de su examen, no son nada desdeñables y nos dan una idea bastante clara de lo que ha sido la evolución de la comparsa, en ocasiones no dejan de ser un maremagno de datos (a veces incompletos) que nos lleva a pocas conclusiones. Es preciso acudir a la interpretación de esos datos desde los innumerables recuerdos que obran en la memoria de algunos corsarios, historia viva de nuestra comparsa. ¡Y menuda memoria!
Es por ello que comienzo esta crónica agradeciendo la colaboración de estos corsarios que han dedicado parte de su tiempo a relatarme, con todo detalle, cómo se vivía cuando no había local donde reunir las asambleas, ni alojar a los músicos, cómo y donde surge la iniciativa de hacerse con una sede y qué esfuerzos no ha habido que realizar para que las actuales generaciones de corsarios disfruten de una casa que es el orgullo y el símbolo de nuestra comparsa. No trata esta crónica de ser una mera relación de fechas y datos, sino de experiencias vinculadas siempre a las sedes corsarias.
Precisamente el hecho de haber carecido durante tanto tiempo de una sede donde conservar documentación etc. ha contribuido a que parte de esa documentación se encuentre "desperdigada" o perdida. Encomiable en este sentido, la labor de quienes lograron recopilar datos, fotografías etc. para dar continuidad a la historia entrecortada de la comparsa y que ésta cuente en la actualidad con un patrimonio histórico de importancia notable.
Al leer esta crónica quizás alguien recuerde algún dato que omito involuntariamente, quizás alguien considere que era poseedor de valiosa información que no recojo. Por eso pido de antemano disculpas y puesto que todo es mejorable, quizás haya otra ocasión en que podamos y debamos hablar de nuestras sedes.
DE CÓMO LOS MARINOS CORSARIOS "TOMARON" EL LOCAL DE LA CALLE EMPEDRADA Y DE CUANTO ALLÍ LES ACONTECIÓ.
En 1965 siendo presidente de la comparsa Joaquín Marruenda se alquila un local en la calle Empedrada para llevar a cabo los bailes y verbenas de las noches de fiestas. El propietario del mismo era Francisco Alpañes Calomardo.
El local ya reunía ciertas condiciones para dichos menesteres pues, con anterioridad lo había tenido alquilado la comparsa de Moros Realistas con idéntica finalidad. Aún así, hubo que realizar algunos arreglos para acabar de acondicionarlo.
En una primera fase se hacen los aseos y un cuarto, cubierto en principio con tejado de Uralita, que se utilizaba para guardar la pólvora, hacía las veces de secretaría y de sala de juntas, aunque, las condiciones no eran muy buenas y la dureza de los inviernos obligaba a buscar otros lugares para la celebración de juntas y asambleas: Bar Bravo (Junta 1969), Bar Lancero (Junta 1974) y con mayor frecuencia, el Bar Oliva, según recogen las propias actas de las juntas celebradas por las directivas de turno.
En una fase posterior se hizo la barra y se arregló el pequeño templete que existía para los músicos. En los primeros años eran los músicos de la propia banda de la comparsa quienes animaban las noches de fiesta.
Cuando fue posible la contratación de orquestas (momento de auge de la comparsa, llegando casi a los trescientos socios), se hizo una pista de baile y se amplió el escenario.
Por supuesto, el arreglo y decoración del "local de baile" corría a cargo de los propios socios de la comparsa, directivos o no.
Según los apuntes que se hacen constar en los libros de caja de la época y en las actas de presentación de cuentas del correspondiente ejercicio, el alquiler del local rondaba las cuatro o cinco mil pesetas:
GASTOS ALQUILER LOCAL:
1968-1969...... 4.000 ptas.
1969-1970...... 4.000 ptas.
1970-1971...... 4.000 ptas
1971-1972...... 5.000 ptas
1972-1973...... 4.500 ptas
1973-1974...... 5.000 ptas
La luz y el agua se "tomaban" de casa vecinas a cuyos propietarios se les entregaba un donativo por el consumo realizado. Más tarde y por ser preciso para los equipos de las orquestas actuantes, se contrató un contador de luz para el local de baile. Aún así, para la iluminación del exterior hubo que recurrir al "auxilio" de algún vecino con el fin de no sobrecargar el contador propio.
Durante algunos años hubo sesiones de baile a lo largo del verano, pero el éxito de las salas de fiestas de otras comparsas, en mejores condiciones, hizo disminuir la asistencia de público y aconsejó la supresión de los bailes celebrados en los meses previos a fiestas.
ACTA JUNTA 30 JUNIO DE 1965: " Se acuerda hacer verbena en el local de la comparsa durante los meses de verano (de junio a septiembre) haciéndose cargo de la barra del bar el componente de la misma Antonio Espinosa García por la cantidad de tres mil Ptas., durante la temporada".
ACTA JUNTA 3 SEPTIEMBRE DE 1971: "La directiva acuerda contratar a la orquesta Alcoy de Yecla para actuar en las verbenas durante los días de fiestas (del 5 al 8 de septiembre)..."
Además de la orquesta Alcoy, otros grupos musicales tuvieron momentos estelares en este local de la calle Empedrada con los Corsarios: Conjunto Waron´s, Los Villens (grupo local) y los Mowers (de Monóver).
En el local de la calle Empedrada llegaron a hacerse cenas de día 4, entonces denominadas Cena Homenaje a la mujer (al menos en los años 1972 y 1976).
También tuvo lugar en este local el vino de honor que siguió al acto de bendición de la bandera en el año 1977, según recoge el libro conmemorativo del centenario de la comparsa de marinos corsarios:
"Tras el cambio de traje oficial, en 1974, se consideró que era función consecuente la confección de una nueva bandera, (...). se bendijo en la iglesia de Santiago en agosto de 1977, con el madrinazgo de Ana Sánchez Amorós. A la ceremonia siguió un vino de honor en el local de la calle Empedrada, que estuvo acompañado de una lluvia poco frecuente en este mes. El acto lo amenizó el grupo musical "Villena", capitaneado por el Bolsi... (Libro del Centenario Marinos Corsarios, 1984).
Para alojar a los músicos durante los días de fiestas se recurría a otro local pues el de la calle Empedrada no reunía las condiciones necesarias. Así consta que Fulgencio Ibáñez cedió la casa para alojar a los músicos en las fiestas de 1974 (también en años anteriores). Las camas se alquilaban a alguna comparsa de la vecina localidad de Biar: en el año 1975 fueron alquiladas a la comparsa de Templarios, y según se deduce de las notas obrantes en los libros de actas también lo fueron en ocasiones anteriores.
DE LA CALLE EMPEDRADA A LA CALLE TERCIA. SIN DEJAR EL CASCO ANTIGUO.
En 1975 se hace necesario disponer de un nuevo domicilio social: se había dejado el local de la calle Empedrada y tanto las reuniones de directivas como las asambleas generales debían llevarse a cabo en un lugar público que en la mayoría de las ocasiones fue el Bar Oliva.
Esta situación hacia preciso contar con un local propio donde, no solamente celebrar las reglamentarias reuniones, sino también donde poder alojar a la banda de música que nos acompañaba cada año en la fiesta.
Varias gestiones se llevaron a cabo con este objetivo. Finalmente, Joaquín Milán propuso la casa llamada "De la tía Sevilla", por la que se pedía un precio en cierto modo asequible y reunía las condiciones necesarias. Es la casa situada en la calle La Tercia número 1, actual sede social de nuestra comparsa.
El titular que vendió a los Marinos Corsarios fue D. Francisco Forte Amorós, esposo de Dª Concepción Morales Domene, quien a su vez la había comprado a Dª Josefa Domene Ibáñez, viuda de D. Antonio Sevilla Torres. El 21 de febrero de 1976 se entrega a Dª Concepción Morales una señal por importe de 15.000 ptas. El precio total fueron 325.000 ptas (más gastos de notaría e impuestos) y el pago total se hizo el 24 de abril de 1976. En representación de la comparsa actuaron los socios Manuel Díaz (entonces Presidente), José Ortín (secretario) y Pedro Amorós (vicepresidente) ya que por entonces la comparsa no estaba legalizada como asociación y no podía adquirirla por sí misma.
Para hacer frente al pago de la casa se crearon las llamadas OPCIONES PARA EL LOCAL SOCIAL por valor de 4.000 ptas. cada una (40 tiquetes por valor de 100 ptas. que "el cobrador" recaudaba a los socios al mismo tiempo que la cuota). En esa época desempeñaba dicho cargo el socio Francisco Sánchez Barceló, conocido como "Casicas".
Cada socio debía adquirir obligatoriamente una de estas opciones. voluntariamente algunos socios adquirieron alguna más.
En el momento de adquirirla la distribución de la casa era la siguiente: la planta baja tenía un porche para guardar el carro, tres habitaciones, un hogar, la cuadra para las caballerías (incluidos los pesebres) y un pequeño patio donde había un aseo. Este patio estaba situado donde actualmente está la escalera de acceso al resto de plantas. El suelo del porche era de losas de piedra de simón, piedras muy cotizadas. Este piso se conserva debajo del actual terrazo. También había una trampilla en el suelo que daba acceso a un sótano. Algunos lo recuerdan como "bodega" y otros incluso aventuran que tal vez pudieran tratarse de uno de los "pasadizos subterráneos" que conducían al castillo. La mencionada trampilla se encontraba justo a los pies del lugar que actualmente ocupan la hornacina con la Virgen y la ventana que da a la cocina. La escalera de acceso a la segunda planta se encontraba donde ahora están los aseos de la planta baja. La planta de arriba estaba distribuida en varias habitaciones ya que, en época anterior, la casa había sido una posada (Posada de la Tía Sevilla).
En principio no contaba con las condiciones idóneas para ser utilizada como domicilio social de la comparsa, dado el deterioro que sufría. Tanto las juntas de directiva como las asambleas continuaban realizándose en el Bar Oliva, en la plaza Biar.
Y aún así, antes de emprender el arreglo de la casa, ya se utilizó para realizar algunas de las ofrendas artísticas, como son las del Castillo de la Atalaya, hecho de paquetes de tabaco (1976) y la del Santuario de la Virgen, hecho de turrón (1977). Para dar fe del mal estado en que se encontraba la casa sirva de testimonio lo que en ella aconteció a Martín Pascual y a Antonio Espinosa, pues mientras estaban realizando la maqueta de la ofrenda del Santuario y debido al peso de la madera se hundió el suelo y Antonio Cayó en el agujero que se hizo.
Desde sus inicios como "sede social" la casa de la calle Tercia acogió los tradicionales campeonatos de truque, ajo, gachamiga etc. y otros acontecimientos de gran relevancia como la primera exposición del patrimonio histórico de la comparsa que tuvo lugar en agosto de 1980, cosechando un enorme éxito gracias al empeño y dedicación de los socios Pedro Amorós Milán y Antonio Marruenda Ferrándiz.
No pocas inversiones y trabajos ha habido que llevar a cabo en la casa para consolidad la edificación, modificando su estructura y decorándola adecuadamente.
La primera "intervención" que se llevó a cabo fue la de adecuar una habitación para la secretaría con el objetivo de poder tener un archivo para documentación etc. y poder hacer las reuniones de directiva. En estas reuniones ya se pensaba cómo acondicionar la casa para la comparsa y el modo de sufragar los gastos que ello ocasionaría: se pensó destinar una pequeña cantidad del presupuesto, hacer rifas y vender lotería todos los meses. Con el dinero que se iba recaudando se empezó a dar forma a la casa. Cada año se hacían los "retoques" que el presupuesto permitía, por supuesto, siempre contando con la valiosa colaboración de varios socios en la mano de obra: se tiraron tabiques (muros de piedra que dividían las estancias de la casa), se rellenó el sótano, se cambiaron las vigas que estaban en mal estado (las que hay en el centro del salón se subieron a mano) etc.
Pero estos "arreglos" resultaban bastante gravosos para la economía de la comparsa, así que en 1984, año del Centenario, y bajo la presidencia de José Saúco, se propuso sacar un préstamo para arreglar la planta baja y hacer tanto un salón; propuesta que fue aprobada por la asamblea general.
Con el paso de los años se fue deteriorando la planta alta de la casa y en especial la cubierta. La situación se hizo insostenible en las fiestas de 1989. Anécdota que muchos recuerdan es que tras la tradicional cena del día 4 de ese año, llovió "a cantaros". Los componentes de la escuadra de Caribes estaban disfrutando de su recién remodelada casa y viendo que la lluvia no arreciaba e imaginando algún percance en la casa de la comparsa, se acercaron para "echar un vistazo" y allí encontraron a los sufridos músicos de la banda de Benimodo (que venían el día 4) colocando todo lo que encontraban a su paso para recoger agua y cambiando las camas de lugar para que no se mojaran. El socio Lorenzo Álvarez ofreció la cambra de su casa para que durmieran algunos músicos durante las fiestas.
Lo inmediato una vez terminadas las fiestas fue convocar asamblea general (18 de noviembre de 1989. Presidente Manuel Díaz), para informar a los socios del problema de la cubierta y de los proyectos que la junta directiva tenía para la obra a realizar. Se aprueba ampliar el préstamo inicial y se empieza la segunda fase de la remodelación que consistía en reformar la segunda planta creando dos dormitorios para los músicos, la secretaría y aseos, y realizar el abuhardillado de la parte alta de la casa. Obra ésta que se acomete en el año 1990, siendo presidente José Vicente Ferrer, con las ideas y proyectos aportados por Antonio Marruenda y Pablo Castelo.
Tras varias asambleas para tomar decisiones sobre quién y cómo se iba a llevar a cabo la obra y modo de financiación, se acuerda encargarla al socio Juan García Zaragoza (maestro de obras). Durante el tiempo que duraron las obras Marruenda, Saúco, Jareño, Pedro Amorós, José Vicente Ferrer y el propio Juan García Zaragoza dedicaron los domingos por la mañana a reunirse para examinar la evolución de la obra, echar una mano y tomar las oportunas decisiones.
En cuanto a la financiación de la obra se acordó realizar una derrama por socio mayor de 16 años y para los socios de nueva incorporación un pago adicional a la cuota en concepto de "casa".
Finalizada la obra quedaba por rematar un detalle: la puerta de entrada a la casa de encontraba en mal estado y no pegaba con la reforma. José Vicente Ferrer, entonces presidente de la comparsa y miembro de la Escuadra de Caribes, propuso a dicha escuadra costear una puerta nueva y donarla a la comparsa. Es la puerta que existe en la actualidad. La madera procede de una viga donada por José Vicente Ferrer y la mano de obra fue costeada por los componentes de la escuadra. La presentación oficial de la puerta se llevó a cabo en la Junta del 15 de Agosto de 1992.
En octubre del mismo año se acordó acometer el arreglo de la fachada y legalizar la situación de la casa poniéndola a nombre de la comparsa que, desde el año 1987 (concretamente desde el 14 de enero de 1987) figuraba inscrita en el Registro Civil de Asociaciones como asociación legalmente constituida al amparo de la ley de asociaciones de 1964, entonces vigente. El cambio de titularidad se produce exactamente el 14 de septiembre de 1993, actuando en representación de la comparsa su entonces presidente José Vicente Ferrer y dando fe como secretario Martín Pascual Ruano.
El diseño de la fachada es de Antonio Marruenda y en el año 1993 obtuvo el segundo premio de embellecimiento de fachadas otorgado por el M.I. Ayuntamiento, dotado con 50.000 ptas., que bien vinieron, ¡Pardiez!
En la Junta del día 15 de agosto de 1993, haciendo un pequeño balance de lo que había supuesto la mejora del local social se solicitó la opinión de los socios presentes sobre la obra: "todas las opiniones fueron favorables a la obra realizada coincidiendo la general en que la fachada era una maravilla, así como la obra realizada dentro del local social. También se comunicó a la general que la directiva había presentado los datos correspondientes para el concurso de embellecimiento de fachadas del Ayuntamiento" (El entrecomillado corresponde al texto del acta de dicha junta).
Entre los años 1993 y 1994 se llevaron a cabo las obras de acondicionamiento de la parte alta (buhardilla) de la casa.
También se han realizado otras actuaciones, digamos "menores" pero necesarias, que han contribuido a mejorar las instalaciones de la sede social.
Siendo presidente Ginés Valdés Gabaldón los beneficios obtenidos de los campeonatos de truque se destinaron a "mejoras de la casa".
En el año 1996 se puso la faja de azulejos en toda la planta baja. Para ello se contó con la indispensable experiencia y maestría de algunos entendidos en la materia como Antonio Mena, Juan Sánchez, Juan García Zaragoza y Lorenzo Álvarez Pascual. Los directivos que en ese momento estaban al frente de la comparsa picaron las paredes para que los maestros remataran la faena con la colocación de los azulejos. En la pared de la izquierda, tuvo que hacerse una cámara de ladrillo para evitar la humedad y sacar la pared recta. No olvidemos que los muros originales eran de piedra.
En 1997 se plantea hacer una barra nueva pues la que existía se encontraba en mal estado. Se habla con Marruenda para buscar la mejor ubicación, respetando finalmente la de la antigua barra.
En 1999 se arreglan los fregaderos pues los que existán resultaban pequeños para las necesidades de la comparsa y no estaban en buenas condiciones. Al mismo tiempo se colocan unas puertas de aluminio cerrando el hueco que queda bajo las pilas para poder guardar los útiles de limpieza y se remata con una bancada de mármol para tener mayor amplitud.
La reforma más reciente se llevó a cabo en el año 2002: se arreglaron los aseos de la planta primera (de los músicos) y se remodeló el primitivo almacén de la planta baja para dar cabida a los dos aseos que existen en la actualidad, cuya originalidad radica esencialmente en la combinación de azulejos que revisten sus paredes, en clara alusión a los colores propios de nuestra comparsa.
Sin duda el local de la calle Tercia es orgullo y motivo de satisfacción para todos los corsarios, sobretodo para los que conocen el esfuerzo invertido en lograr una sede social funcional y muy digna. En ella se han llevado a cabo asambleas, almuerzos, ofrendas, presentaciones y otras actividades propias de la comparsa, además de otras que trascienden el ámbito estrictamente festero: bautizos, comuniones y celebraciones varias han tenido lugar en nuestra sede.
Que disfrutemos de ella durante muchos años, siendo siempre conscientes del gran esfuerzo realizado por quienes lograron que nuestra sede sea vínculo entre los componentes de nuestra comparsa y causa de admiración entre quienes nos visitan. al fin y al cabo hay que tener en cuenta que, si las paredes hablaran, las de nuestra casa contarían muchas y maravillosas historias de los corsarios. Poned atención.
Mª FUENSANTA MARTÍNEZ LÓPEZ
¿Te ha gustado este artículo ?
Categoría: Alfredo Rojas historia e investigacion
Etiquetas: 2005, maria_fuensanta_martinez_lopez, premio_alfredo_rojas_historia
Artículos relacionados:
- 2005 Cartel Romería de la Virgen
- 2005 Premio Charraicas del Paseo
- 2005 Ecuador interno Almogávares
- Cargos 2005
- 2005 Cartel de Fiestas
- 2005 Regidoras de Fiestas
- 2005 Ramón Gandía bloque Almogávares
- 2006 Premio "Alfredo Rojas, historia e investigación"
- 2007 Premio "Alfredo Rojas, historia e investigación"
- 2008 Premio "Alfredo Rojas, historia e investigación"
Última actualización 23/07/2013 con 1807 visitas