El convento de la Santísima Trinidad de Villena, se fundó hacia el año 1524, creándose entonces uno de los primeros Conventos de la Orden en España.

En el siglo VI, estando Doña Leonor Esteban y su hija Doña Juana Martínez, y una amiga de la madre, llamada Doña Luisa de Mergelina, haciendo oración en la Ermita de San Blas, las tres damas tuvieron una visión extraordinaria. - Como una especie de globo, formando una Cruz con los colores Trinitarios; blanco, rojo y azul, les pareció vislumbrar,  – Atormentadas por dicha visión, consultaron con unos monjes de Murcia y con el Sr. Obispo de la diócesis, los cuales coincidieron en la interpretación de la visión, como una petición de Dios, de que se fundase un Convento de la Orden Trinitaria en Villena, de acuerdo con la regla de San Juan de Mata, fundador de la orden en 1198.

 

Lo que pensaron enseguida fue, buscar los terrenos apropiados para la ubicación del Convento y por ello consultaron con las autoridades competentes, pero no hizo falta, ya que a los pocos días una señora de Villena llamada Doña María Victoria de Orgiler, les dono unos terrenos muy céntricos y cercanos al palacete de la Familia Mergelina (Plaza de las Malvas).

El convento comenzó a construirse entre 1524 y 1530 y tardó aproximadamente unos 20 años en terminar la primera fase. En el se instalaron madres de otros conventos y también las tres señoras promotoras del mismo. Éste convento era bastante famoso y por ello venían aquí muchachas de todos pueblos para hacerse monjas; en sus momentos más álgidos llegó a haber más de cien hermanas. Estaba situado donde siglos después se construyera el  Cine Imperial, hoy convertido en un aparcamiento de coches, cafetería,...

Pero al estallar la Guerra Civil las autoridades de la zona les advirtieron de que iban a quemar el convento y a matar a todas las que se encontrasen dentro, por lo que las religiosas huyeron para salvar su vida. Una vez acabada la guerra volvieron a reunirse y fundaron un nuevo convento, donde se levanto una iglesia, conocida como Las Trinitarias y que todavía perdura en el mismo lugar. En la parte trasera de ésta y mirando hacia la actual plaza del Royo, se encuentra el nuevo Convento donde siguen haciendo oración las M. M. Trinitarias.

Cuando la Orden de los frailes Agustinos se marcho del Santuario de las Virtudes, la custodia, reparación y conservación de los mantos de la Virgen de las Virtudes, y así como otros enseres, pasó a manos de las monjas y hasta el día de hoy.

En la actualidad hay trece hermanas en el monasterio, una novicia, tres monjas de voto simple y las demás de voto solemne. Y proceden de varios países: cinco son españolas, cinco indias y tres nicaragüenses. Para llegar a realizar el voto solemne, que es el definitivo, pasan por tres fases: un año de postulante, dos de noviciado y luego tres de voto simple. Finalmente, hacen el voto solemne. Tienen una vida sencilla dedicada a la oración y al trabajo, tal como reza el lema de la vida contemplativa “ora et labora”. Viven de su trabajo en las diferentes labores de costura y planchado, puesto que son verdaderas artesanas en el arte de aguja, también en la confección de accesorios de ropa para las Fiestas de Moros y Cristianos, y como coser sayas de villenera y golas de estudiante, aunque ahora hay menos demanda porque las fabrican de otro material que no necesita deshacerse y almidonarse, “pero hay algunas personas a las que les gusta, como antiguamente, deshacerlo entero, luego almidonarlo y rehacerlo.

En el interior de la iglesia se pueden contemplar magnificas obras de arte, como por ejemplo El Cristo de la Luz, Nuestro Padre Jesús ó Cristo Rescatado, San Juan de Mata, fundador de la Orden, la Virgen del Santo Remedio, San Blas, San Miguel, La Purísima, un magnifico cuadro de la Misericordia y naturalmente un antiguo cuadro de la virgen de las Virtudes. En el centro del altar se encuentra en el más alto la Santísima Trinidad presidiendo toda la iglesia.